Me presento y pregunto

Hola, me presento:

Mi nombre es José Ignacio Cuadra Verdejo. Mi origen es chileno, aunque bien podría haber venido de Argentina o Somalia, ya que para las emociones y vivencias no hay pasaporte alguno que no pese.

Soy un amante de la literatura y la música. Sin embargo, negado a tamaños talentos creativos no tuve más remedio que dedicar mi vida laboral al campo que siempre se ha servido –a veces de forma más digna que otras- de la realidad para construir su crear.

Soy lo que Tom Wolfe denominaría como un “novelista de no ficción”, dicho (y escrito) de forma menos pretenciosa, pero no por ello más honesta, soy un “cazador de las 5 W”, es decir, se me puede definir como Periodista.

No lo sé, pero me parece extraño que cada vez más necesitemos de la realidad para poder crear ¿acaso ya no se puede imaginar?

El caso es que cada jornada que pasa, menos damos con historias sin sentido y cuando las encontramos, en el acto, reclamamos si no tiene aunque sea un atisbo de verosímil. Así, hoy sería impensable textos como la metamorfosis de Kafka, ya que la imaginación actual no resistiría la no lógica magistral en la que se nos somete a la contemplación.

Lamentablemente, en cambio, personas venidas de la nada (de la mala he de escribir) como Dan Brown rebosan sus egos –y bolsillos- de esas letras que más parecen argumentos de películas vacías que literatura mágica que hizo por siglos interesante el mirar hacia atrás.

El mismo fenómeno ocurre en el periodismo, donde cada vez menos se le invita al periodista a crear realidad, y menos aún al lector/a a soñar. Al primero se le impide, pues una línea editorial ha de forjar su accionar, a los segundos en cambio, lo hace el que para volar, primeramente hubo que ganar.

Y es que hoy, donde lo tenemos todo de forma intangible, ni siquiera lo no útil para el sistema se puede resguardar en la intimidad. Y si no creen, piensen cuando fue la última vez en que alguien les pidió algo, pero sin esperar ver resultados traducibles en algo no material o tangible.

¿Que será?

Los días pasan y pasan, las horas se suceden y suceden; los sueños se retraen y retraen... Y yo, aquí, sigo buscando algo que me lleve a no buscar, o no esperar el aguardar.

Cuando fui invitado (o creado) por Hateful a este lugar a desperdigar letras por doquier, nunca esperé que algo querría esperar; nunca quise tener algo que querer. Pero no, algo salió mal:

No tengo claro que no fue lo que si pasó; menos lo que si jamás ocurrió. El caso es que el nuevo año sigue y sigue y yo, bueno yo... persisto de cuando en vez aquí, de mal en cuanto allá: porque será que simplemente me dedico a no dedicarme a tener dedicación alguna. Quizás, si lo hiciere podría encontrar trabajo; Quizás, así también, podría ser encontrado por alguien más que los venditos cobradores de deudas que -de tanto en tanto- me siguen queriendo que yo quiera darles lo que no les quiero, o puedo entregar.

Mientras tanto, trataré de no pensar en lo que si puedo cuestionar, para al fin poder quizás algún día trabajar y si la suerte me acompaña, poder hacer algo terminado en "AR".

¿Describiendo y escribiendo?

Hace mucho tiempo que no aparecía por este lugar. En todo caso debe ser nadie el que me hecha de menos, o al menos eso creo, pienso y marca el contador de visitas.
Últimamente he andado en otra; He, simplemente andado. Busco trabajo y no lo encuentro, me alejo de los problemas y ellos insisten en buscarme.

Sin embargo, no es de eso de lo que quiero escribir hoy. En realidad, me gustaría invitarlos a reflexionar respecto a una gran paradoja: «El como cada vez más nos alejamos, a tiempo de que cada vez más buscamos hacer que el otro sepa en que estamos.

Esto se da, por ejemplo, con esas páginas que permiten dar cuenta de nuestros pasos a todo aquel que nos tenga rejistrados, o eso del MSN que permite dar a conocer nuestros gustos musicales.