Ángel para mi final

Dicen que uno no elije de quién se enamora. Tampoco el lugar dónde se ha de nacer, menos qué te ha de encantar.

Los que provenimos del terruño denominado chile: hijos tras la dictadura, que hoy nos retiene como sus herederos: vamos viendo cada día como se involuciona: perdiendo a Bielsa en el fútbol: partiendo Michelle de la política, y ganando a Piñera en la hipocresía, sólo nos queda esperar un ángel para un final, que pronto alegre: que pronto perdone, pero que nunca olvide.