Han transcurrido varias jornadas desde la primera vez que escribí en este seudo lugar, que tuve que tomar ante la falta de dinero para poder montar una página web, y tal como no lo esperaba, nadie ha posteado.
Si se fijan mal, (si es que alguien aparte de mi a leído esto) el post que existe no fue una respuesta al tema, pero supongo que peor es nada.
Bueno en fin… lo que me saca de mi letargo blogger (porque del otro no salgo ni con una sobredosis de Efedrina) es la pregunta que allí se me formula:
¿Qué son las paradojas para mí?
Supongo con un gran poco de convicción que las paradojas son todos aquellos hechos y circunstancias en los que la vida se ríe en nuestra cara. Como cuando llevas como 3 horas esperando la micro y te das media vuelta para mirar quien sabe que, y esta que pasa y tu te quedas abajo.
El nombre de las cosas, creo que también es una gran paradoja. Por ejemplo, a las gaseosas (al menos en Chile) les decimos bebidas, y yo me pregunto el porqué de aquello, si todavía no las hemos bebido.
Pero en donde queda la crema (y no precisamente chantilly) es cuando hablamos de solidaridad, esa blasfema palabra que sólo existe porque en el mundo hay injusticia, ya que si todos pudiéramos acceder a las mismas oportunidades no habría necesidad de ser solidarios.
Porque si se fijan bien los que más se ufanan de soltar las chauchas son los mismos que te explotan a la vuelta de la esquina. Los Piñera, los pastores evangélicos (salvo algunas honrosas excepciones como decía el tata Augusto) y el estado, porque eso si son cabrones. Si con eso de que ellos hacen un gran esfuerzo en soltar la plata, que esfuerzo ni que nada si esas son las lucas que nos quitan por los puchos, las chelas y uno que otro pan.
Los ecologistas son otro caso aparte: “¡No maten a las ballenas!” eso no tiene nada de malo, pero ¿Por qué no dicen lo mismo cuando alguien se hecha a una hormiga? Somos todos seres vivos, y por eso tienen el mismo derecho a pasarla mal en este mundo, no importa si eres grande o pequeño.
Ya me dio lata de seguir escribiendo, y creo que otra vez no contesté a la pregunta, pero que va
Si se fijan mal, (si es que alguien aparte de mi a leído esto) el post que existe no fue una respuesta al tema, pero supongo que peor es nada.
Bueno en fin… lo que me saca de mi letargo blogger (porque del otro no salgo ni con una sobredosis de Efedrina) es la pregunta que allí se me formula:
¿Qué son las paradojas para mí?
Supongo con un gran poco de convicción que las paradojas son todos aquellos hechos y circunstancias en los que la vida se ríe en nuestra cara. Como cuando llevas como 3 horas esperando la micro y te das media vuelta para mirar quien sabe que, y esta que pasa y tu te quedas abajo.
El nombre de las cosas, creo que también es una gran paradoja. Por ejemplo, a las gaseosas (al menos en Chile) les decimos bebidas, y yo me pregunto el porqué de aquello, si todavía no las hemos bebido.
Pero en donde queda la crema (y no precisamente chantilly) es cuando hablamos de solidaridad, esa blasfema palabra que sólo existe porque en el mundo hay injusticia, ya que si todos pudiéramos acceder a las mismas oportunidades no habría necesidad de ser solidarios.
Porque si se fijan bien los que más se ufanan de soltar las chauchas son los mismos que te explotan a la vuelta de la esquina. Los Piñera, los pastores evangélicos (salvo algunas honrosas excepciones como decía el tata Augusto) y el estado, porque eso si son cabrones. Si con eso de que ellos hacen un gran esfuerzo en soltar la plata, que esfuerzo ni que nada si esas son las lucas que nos quitan por los puchos, las chelas y uno que otro pan.
Los ecologistas son otro caso aparte: “¡No maten a las ballenas!” eso no tiene nada de malo, pero ¿Por qué no dicen lo mismo cuando alguien se hecha a una hormiga? Somos todos seres vivos, y por eso tienen el mismo derecho a pasarla mal en este mundo, no importa si eres grande o pequeño.
Ya me dio lata de seguir escribiendo, y creo que otra vez no contesté a la pregunta, pero que va
